sábado, 16 de enero de 2010

El traje nuevo del emperador

En Hong Kong ponían en la tele un anuncio de Hoteles Intercontinental del que todavía hoy me acuerdo, que decía (traduzco de memeoria) "Descontando las pequeñas diferencias de cada uno, todos somos básicamente iguales". Estoy muy de acuerdo con la frase y es aplicable no sólo a las personas sino también a los tiempos.
Hans Christian Andersen publicó "El Traje Nuevo del Emperador" en 1837, 173 años haría hoy, asíque ya en aquella época debía haber en el mundo un número considerable de pre-suntuosos, pre-potentes y pre-tenciosos ignorantes, fatuos adoradores de la tontería y que serían presa fácil de encantadores de serpientes, charlatanes e hipnotizadores.
Hoy en día a los encantadores de serpientes los llamamos consultores, diseñadores, ministras de cuota, estilistas, someliers, expertos, financieros, gastrónomos, asesores, ejecutivos de banca, enólogos, críticos de cine, presidentes de gobierno e incluso magistrados del constitucional. En muchos casos estos personajes desempeñan el papel de charlatanes en un área y de pretenciosos tragaldabas en otro. Es habitual que políticos, consultores y financieros embauquen a sus clientelas con discursos llenos de palabros y circunloquios intragables, bien vacíos de contenido y luego vayan a garitos de moda a pagar precios astronómicos por una alcachofas de lata vendidas como si fueran perlas de la mar oceána recogidas a mano por una virgen de ojos rasgados.
Teniendo en cuenta que este blog va de comida, voy a dejar las previsiones bursátiles, los bolsos de Prada, la constitucionalidad del Estatut o las cremas antiarrugas de efecto lift de momento y voy a centrarme en los que considero los 10 mayores bluffs gastrolíficos de nuestros días.
1. El agua de marca
2. El Bulli
3. Los que dicen distinguir la merluza congelada de la fresca
4. La ternera de Kobe
5. Una pizza de 20€
6. Los italianos caros
7. Los fumadores de puros
8. El mundo del vino, en general
9. El chocolate de medio pelo
10. La lechuga iceberg

Lo cierto es que no hay nada nuevo bajo el sol. Con esto no digo que no haya merluzas bien y mal hechas, ni buenos y malos vinos o buena comida italiana. No. Lo que digo es que si una merluza está bien cocinada, no se nota si es o no congelada. Lo que digo es que lo que hace estos días Adriá en el Bulli es lo mismo que hace Haribo en sus fábricas, y eso no se llama alta cocina, se llama pastillaje industrial y a 700 euros el cubierto, no se justifica. Lo que digo es que la vaca se inventó para comer hierba y andar por el campo, asíque lo de la cerveza y el masaje es una jilipollez. Lo que digo es que un italiano caro es un tontería porque la pasta y el tomate es comida de pobres. Lo que digo es que hoy en día se vende vino peleón como vino de autor a precios escandalosos. Lo que digo es que el agua ha de ser incolora, inodora e insípida. Lo que digo es que la mayoría de los que se las dan de sibaritas han empezado a comer caliente hace apenas 15 días.
En definitiva el que pone cara de orgasmo al fumarse un habano, paga 1.000 euros por una botella de vino, dice apreciar los matices de la ternera de Kobe o paga 80 euros por un litro de agua, lo que hace en realidad es darse un paseo en pelota picada por la calle principal con cara de satisfacción. Todos (TODOS) sabemos perfectamente de qué va la historia, pero nadie (NADIE) se atreve a decirle al emperador que va desnudo y los sastres están demasiado ocupados contando el dinero como para pensar en otra cosa.
Somos una sociedad aborregada y cobarde (dios sabe que no es el consumismo lo que me molesta sino la ignorancia y el miedo) que con tal de ser trendy y correctos nos tragamos cualquier sapo.
Después de la arenga, toca algo sencillo. ¿Se acordáis de la pepitas de calabaza? Han salido hoy junto con unos tomates raf y unos canónigos.
Maceramos los tomates cortados muy finitos en vinagre de jerez y sal para que vayan soltando el agua, y cualquier hierba que nos apetezca. En el útlimo momento añadimos un buen aceite de oliva, los canónigos y echamos por encima las pepitas de calabaza aliñás.
He comprado los tomates a 2€ el kilo, las pepitas salieron gratis, los canónigos, otro par de euros por un paquetón gigante de 250 gr. Precio de la ensalada del año: 1,60€.

3 comentarios:

Titina dijo...

Pues sí, pues sí. Más razón que un santo. Estamos embobaos.

Yusuf al Mocadén ben Mizzian el Arrumi al Chivani dijo...

¡Viva el Vega Sicilia con Casera!

L dijo...

pues sí, tienes toda la razón. de hecho cuando te atreves a insinuarlo, te cierran la boca, no vayas a destacar o alguien se de cuenta que estás en lo correcto. Efectivamente, somos una sociedad aborregada, estamos viendo que nos vamos a la mierda y no hacemos nos nada. somos unos comodones que si no nos afecta directamente ahí se puede caer el de al lado.
Recuerdo en cierta ocasión que sugerí a alguien llevar un chaleco (con el chaqué) de color fucsia, fresa, enfins un "algo así" bonito (digo esto porque habría que ver el tono), básicamente me dijeron "qué horror!". yo dije que a mí, personalmente me gustaba, que antes no se llevaban los chalecos de color amarillito, rosita o azul (como últimamente hacen casi todos los hombres) y de ahí no salen no vaya a ser que tengan personalidad y destaque.

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