domingo, 3 de octubre de 2010

Pecado 2: Lujuria

Gordon Ramsey tiene un nombre especial para el zabaglione
Acabo de contestar a 2 (el Cardenal Cisneros y Sto. Tomás de Aquino) de mis 3 lectores en un diálogo sobre mi concepción de la religión y me doy cuenta de que ya es tiempo de continuar con mi serie de los pecados.
No estoy segura, releyendo mi propia respuesta, si queda clara mi tesis o no. Yo considero que lo que mucha gente considera "vicios" o "pecados", sean estos la necesidad de venganza, sea la lujuria, la envidia, la codicia, el cotilleo, el desear el mal al prójimo, la pereza, el onanismo, la mala uva, lo que sea, no son pecados, son la tendencia natural del ser humano desde que el mundo es mundo, son instinto, no son pecado. Pero voy más allá, no digo sólo que son naturales y comprensibles y perfectamente normales, son, digo, de hecho, el motor que mueve el mundo. Eso sí, hay que tener cuidado - y eso ya lo dijo Aristóteles, que era muy muy listo, de no pasarse de la raya, no vaya a ser que la liemos parda.
Vimos en la gula - extraña necesidad del hombre de consumir en demasía  hasta llegar a provocar efectos nocivos en el cuerpo, como es la obesidad, el alchoholismo, el enfisema pulmonar, el colesterol, de ser uno de los pilares en los que se asienta nuestra estupendísima sociedad mercantil occidental (y no hay ironía). Imaginemos un mundo en el que sólo y estrictamente comiéramos aquello que nuestro organismo necesita. Pues pareceríamos todos corredores de fondo y no existirían los eclaires, ni la yema quemada, ni las cañitas, ni las ensaimadas, ni helado de cookiesandcream, ni el cosmopólitan, ni perritos calientes, ni las patatas fritas, ni las galletas chiquilín, ni el socarrat, ni el pato de pekín, ni pintxos, ni aire frambuesas sobre babá de vainilla, ni petazetas, ni sirope de chocolate, ni foie, ni habría tiendas de chuches, ni restaurantes, ni comida rápida, ni comida basura, ni supermercados, ni hora del bocadillo, ni dietas para adelgazar, ni gimnasios, ni liposucción, ni fajas, ni granjas de pollos, ni maíz transgénico, ni cultivo hidropónico, ni tigretones... El mundo sería como Corea del Norte o algo incluso peor. No, eso no es posible.
Zabaglione (Sex on a stem, by Gordon Ramsey)
3 yemas de huevo
1 vaso de tu vino favorito
3 cucharadas de azúcar
Batir las yemas con el azúcar y el vino al baño maría hasta que monte. Acompañar de un bizcocho de soletilla o un poco de canela. Comer antes o después de, o en vez de. 
¿Qué pasaría si no existiera la lujuria? Que no habría nadie. No habría gente.
Originalmente los siete pecados capitales fueron una lista de ocho vicios malvados del hombre que elaboró un asceta llamado Evagrio Póntico (lo he visto escrito con b y con v)  unos trescientos años después de que se escribieran los evangelios. He leido varias versiones sobre estos ocho vicios malvados que compuso Evagrio, alguna hay que excluye la lujuria y alguna hay que la incorpora como fornicación. En el caso de no estar, ello se justificaRia por el hecho de que este buen señor estaba retirado del mundanal ruido, en mitad del desierto egipcio, donde lo más parecido a una señora debía ser una chumbera, si acaso. Y sería San Gregorio, el de los cantos, quien formalizó y codificó la lista actual, en la que sí definitivamente está la lujuria. ¿Qué es la lujuria? ¿Entendemos lujuria como la realización de hecho de deseos desenfrenados o descontrolados? ¿Cualquier deseo, sin necesidad de realización, es ya un hecho lujurioso? ¿Apetencias animales u homosexuales o retorciditas? ¿Fetiches? ¿Actitud rijosa de un viejo que mira a una moza regordeta  y salerosa en el autobús? ¿Amantes? ¿Travestismos? ¿Es lujuria la práctica de sexo sin el objetivo de la procreación dentro del matrimonio? ¿Es lujuria la práctica de cositas raritas dentro del matrimonio? El dogma, supongo, tendrá su texto; vaya usted a saber lo que dice, bastante tengo yo con leer el código civil y el conde de Montecristo y escribir esto como para andar mirando qué dice la Iglesia de Roma sobre el látex negro y las alzas. 
Mi interpretación, una vez más, es considerar insano aquello que resulta contraproducente o indeseado. Lo de la zoofilia, las putas, los grupos, el incesto, la poligamia, los fetiches, las cosas raras y las guarrerías a mí me dan mucho asco poque yo de hecho soy una puritana de la leche y en teoría a mí todo me parece bien pero en la práctica todo me parece fatal.... y así me va.
La naturaleza se sirve del instinto sexual para la procreación. Sobre esta verdad absoluta no estoy dispuesta a negociar. Pero para ello, bien es cierto, que los caminos son a veces un tanto tortuosos. Hay quien tiene ciertas querencias, o ciertos gustos, y no creo que sea fácil ni simple dictaminar cómo, cuándo, porqué o porqué no se han de hacer ciertas cosas y no ciertas otras.
Uno de los mecanismos de los que se sirve la naturaleza es de la perpetua disposicón del macho a cubir a cuantas más hembras mejor. Si, igual que hacen los gorilas, un solo macho dominante, cubriera o cubriese a todas las hembras de la manada, nos encontraríamos muy rápidamente en una sociedad en la que todos son hermanos, y el padre es Brad Pitt. ¿qué hacemos con todos los demás? Bromas aparte, ya he comentado que uno de los objetivos de la naturaleza normativista de la religión es asegurar cierta higiene social. El hecho de intentar controlar el ansia inseminadora del macho asegura, no solo la organización familiar de la sociedad - mucho más eficiente que cualquier otra disposición social, sino también la variedad genética. Es sabido que si se mezclan recurrentemente especímenes de la misma familia, la genética se degenera y te acaban saliendo bodrios en lugar de hijos. A pesar de lo cual en África el incesto es habitual, igual que en el Sur de EEUU, Latinoamérica, y la España profunda, la Bélgica profunda, la Rusia profunda, etc,. 
Yo sólo puedo hablar por mí misma, y sólo ahora empiezo a tener una ligerísima idea de por dónde, a lo mejor, van los tiros. Yo creía saber lo que estaba bien, y lo que no. Yo creía saber lo que era blanco y lo que era negro. Pero en esto de las relaciones humanas las cosas no son siempre sencillas y lo único que uno puede hacer es ser humilde y reconocer que lo que sirve para mí, quizás no sirva para todos. Si parezco muy relativista en teste terreno es porque ve una cosas muy raras detrás de puertas muy convencionales, créanme ustedes; nadie las reconoce, pero existir existen.
En definitiva, si los hombres no tuvieran ese efecto, cómo le llamaré........zahorí, y las mujeres no tuvieran esa necesidad atávica de compañía masculina, y si no compartieran todos la llamada de la jungla, es bastante improbable que los hombres aguantaran - ya lo aguantan poco de por sí - los rigores del matrimonio y la familia y que las mujeres aguantaran los dolores del parto y la habitual necesidad de fingirlo. Y por eso sería también bastante improbable que se hubiera perpetuado la especie.
También podría hablar sobre la cantidad de millones de dólares que mueve el negocio de la viagra, la lencería de Victoria y las piernas de Julia Roberts y de lo harta que estoy de recibir spam erectodisfuncional, pero mejor otro día.

6 comentarios:

L dijo...

entre uno y otro voy a tener que reservar una horita diaria para leeros con tranquilidad ... jajajaaa!!!!

L dijo...

desde luego haces unas composiciones fantásticas. Nati Abascal, que se prepare para su relevo en Hola!

Titina dijo...

Yo tengo muy claro lo que pienso respecto a esto de los pecados, pero hoy estoy bastante espesa y no me encuentro en condiciones de escribirlo. En cualquier caso, en general, estoy en desacuerdo con la Iglesia, y mucho.

Luc dijo...

pues escribe en el del conde, no puede ser que mi audiencia esté espesa y no participe, no lo admito.

Yusuf al Mocadén ben Mizzian el Arrumi al Chivani dijo...

¡Ah!

Pues yo no estoy muy espeso... gran foto la última.

Glorfindel III dijo...

Interesante excursión antropológica. Saquemos conclusiones entonces.

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