jueves, 4 de agosto de 2011

Cuarto día de verano - Coches, cafés y calor

Mi coche, por lo visto, tiene unas piezas que se llaman inyectores y que, por lo visto, hay que cambiar a veces. Tantas cosas de los coches hay que cambiar a veces. Estoy segura de que es posible fabricar un coche cuyas piezas no haya que cambiar jamás, pero, igual que esa bombilla que lleva encendida 120 años, y que la industria no fabrica porque se acabaría la sociedad de consumo, el Dow Jones, los presidentes autonómicos, El McDonalds, las carreteras, los indignados y la felicidad, la industria automovilística no fabrica porque sería su propio fin, y vaya tontería, fabricar un coche para no tener que fabricar ninguno más.
Qué calor!
Los inyectores de mi coche no son eternos, por lo visto, así que he tenido pedir prestado un coche. El hombre encantandor que me trajo mi coche de repuesto vino a buscarme a casa y aprovechando el viaje, me siguió en su coche para que yo dejara mi coche en la puerta del taller. Luego le llevaba yo en su coche a su destino y a la vuelta, conduciendo yo su coche, pararía en la puerta del taller donde antes había dejado mi coche, para en un salto, meter el coche con inyectores caducos dentro del taller y seguir camino hasta casa en el coche prestado. 
Qué calor!
Pero al volver e intentar saltar de un coche a otro, me dijeron en el taller que no me cogían el coche hasta la semana que viene. Así que dejé mi coche en la puerta del taller y seguí camino en el coche de repuesto. Al día siguiente, me volví a subir en el coche de repuesto y paré en otro taller camino de la tienda donde tenía que comprar almendras para hacer una tarta que saldrá aquí dentro de poco, espero. En este taller me dijero que sí me cogían el coche en el momento para echar un ojo o dos a los inyectores no eternos. Así que fuí a la tienda y una vez con mis almendras en la bolsa, volví a a la puerta del primer taller a por mi coche. Dejé en su sitio el coche de repuesto y me llevé el primero al segundo taller donde sí me cogían el coche. 
Qué uñas!
De camino llamé a papá y le dije que fuera a buscarme en el coche rojo al segundo taller una vez hubiera dejado mi coche y me llevara a la puerta del primer taller, donde no me cogían el coche hasta la semana siguiente y así podría recoger el coche de repuesto y volver con él tranquilamente a casa. Espero que mi coche esté arreglado pronto y pueda devolver el coche al hombre encantador que me lo ha dejado para que me pueda llevar en él a buscar mi coche.
Qué calor!
Frapuccino de andar por casa
1/2 taza de café normal
1 café de cápsula
1/2 taza de leche desnatada
10 cubitos de hielo
sacarina líquida
Mezclamos todo en la batidora de vaso. En Starbucks cuesta 4 euros, en casa unos 40 céntimos; no engorda y es prácticamente igual.

5 comentarios:

Titina dijo...

Estoy agotada con el asunto del coche. Que estrés!
Lo siento pero las uñas no me gustan, creo q me hago mayor.

Las fotos me han gustado mucho, tienen una estupenda ambientación.

Luc dijo...

A ella tampoco, ya se las ha quitado.
Las fotos, a mí no me convencen. Voluntad no me falta pero no, no es lo que busco. De todas formas es horrible porque fabrico las cosas abajo en la cocina y tengo que subir hasta el ático, y hacer las fotos rápido porque con el calor no se puede y todo son problemas. Y además necesito un tele y un trípode y un foco y saber más de fotos y de composición.

Luc dijo...

Y lo que no he dicho es lo escandalosamente rico que está esto, importante!

L dijo...

Yo tengo un tele que no uso pero quizá no sirva xq tu cámara.
A mi las uñas sí me gustan, muy a juego con las pulseras. Tendríais que ver las mías azules!!!
El batido pintón, como todo y las fotos muy chulas

Luc dijo...

jejejejejeje soy pati, bueno esq era un dia caluroso de verano en la pisci y decidi pintarme las uñas pero no sabia de que color entonces pinté qité pinté qité y al final ma aburri de tanto pintar y borrar asiq asi se qedo pero luego no me gusto y finalmente me lo qite

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