domingo, 14 de agosto de 2011

Duodécimo día de verano - Muchas otras cosas que ver en Bélgica

En efecto no sólo hay chocolate y gofres en Bélgica. También hay tiendas con dulces de Oriente medio, todo lleno de 1001 versiones del baklava y otras delicias morunas.
Me encanta cómo está todo dispuesto en enormes montañas. Lamentablemente tengo un pacto con el diablo para evitar el ensanchamiento de mis muslos que está ya en zona de peligro y no he catado ni uno. Deben tener cada bocadito unas 20.000 calorías. Pura almendra y azúcar, vaya cóctel!
Y había también piezas más habituales del la Europa del Centro. Jose se preguntaba cómo era posible que los belgas no estuvieran todos obesos. Y tiene la teoría de que esto lo ponen de trampa para los turistas, igual que los gofres.
Y también hay cerveza. Esta se llama Cuak y sabe a filete a la plancha. Muy fuerte y la sirven en el invento ese tan raro, único motivo por el que la pedí, claro. También probé la Zot y otras. Ya que no me iba a dar un atracón de azúcar, por lo menos no estar demasiado consciente. Hay una cerveza famosa que se llama Delirium Tremens y que por lo visto sube más que el vodka. No la probé.
Había más cosas en la carta, pero después de un par de cervezas, ya no ves más
que esto y yo, la verdad es que no hablo belga.

2 comentarios:

Titina dijo...

Pues lamento disentir, pero encuentro absurdo no comer y beber birra. Con lo q engorda! Prefiero las cincuenta mil calorías en comida que en cerveza.

Los montones de dulces son preciosos,pero sabiendo q son moros, seguramente no comería, estarán inflados de miel, también mora, claro.

Luc dijo...

pues igual tienes razón, pero a mí me parece que engorda menos una cerveza.
Además lo malo de comer dulce no es el primer bocado, es que si empiezo no paro.... ahí está el peligro de verdad, el bucle del hidrato

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