A pesar de ser profunda, gutural, intelectual y visceralmente atea, yo pienso mucho en la religión. Primero porque hago todos los días una paradita bíblica de manos de una evangélica hipnótica que dice cosas muy interesantes que coinciden más con mi idea de lo que sería ser cristiano que con lo que he visto a mi alrededor, y tambíén por el derecho, el ius. Muchísimos conceptos del derecho no vienen ni beben de otra fuente que no sea la religión, cristiana en nuestro caso, en todos los casos. Siempre he defendido que nuestro derecho es el resultado inevitable y único del pensamiento judeo-cristiano y es posible que si olvidamos este punto acabemos perdiendo la dirección correcta.
En cualquier caso, estaba yo pensando en las virtudes cardinales (todo empezó porque recordé yo que en estos tiempos especialmente difíciles que me está tocando vivir tengo que aprender desde cero lo que es la templanza, gran desconocida para mí) y es la justicia una de ellas, y que describe el dogma como dar a cada uno lo que es suyo y lo que le corresponde. Pues si no es esa la descripción más endiablada del mundo, que venga Dios y lo vea. Yo digo que la justicia no existe, que es un concepto extraño e inexistente que ha creado el hombre para justificar otras cosas, sea el castigo, la venganza, el poder, la fuerza, la envidia, la incapacidad, la igualdad y la desigualdad, el exceso y la falta.
Para mí la justicia sólo existe en términos prácticos - y originalmente, solo en Roma - en el momento del fallo del juez, quiero decir, es justicia la acción (actio) por parte del juez de dirimir en favor de uno y en defecto de otro. Fuera de ese instante preciso la justicia, en términos generales, humanos o universales es una tontería y además es que no existe. ¿Es justo que algunos seres vivientes vengan al mundo con el formato de Charlize Theron y otros no? ¿Es justo que algunos tengan buena memoria y se hagan notarios y otros no? ¿Es justo que haya listos y tontos? ¿Es justo que el criminal que priva de la vida a otros humanos pueda conservar la suya? ¿Es justo que le toque a uno ser el hijo de un mal padre? ¿Qué justicia hay en los niños con enfermedades terminales? ¿Y es justo un terremoto? No, no es justo, porque la justicia nada tiene que ver con ninguna de esas cosas. La vida es la vida y algunos somos feos, o bajos, o gordos o tontos, o varias de esas cosas a la vez, casos en los que está uno especialmente jodido, pero en ningún caso la justicia forma parte de la ecuación.
En fin, vamos a lo que importa, filete empanado con huevo frito y arroz blanco, todo ello en un plato de la colección de Hello Kitty. Podemos deconstruir tortillas, freir lágrimas de cocodrilo, comer aire de vainilla o gelificar olores, y yo puedo pasarme las horas muertas pensando en vaguedades pero a un niño de once años hay que alimentarlo como dios y la tradición mandan, así que ahí va...
3 comentarios:
Pues sigues sin ser capaz de deslindar justicia y derecho; la primera, como virtud que es, es un comportamiento humano; el segundo es una creación humana que nos sirve para vivir en sociedad. En la primera descripción que haces te falta "vivir honestamente", la expresión interna de la justicia que entre militares se llama honor: obrar siempre bien.
Es normal que te guste más un comentario de un evangélico que el de un católico. Los primeros no sistematizan la palabra de Dios. Es más facil coger un trozo de la Biblia y adaptarlo a la biempensancia actual que leerla entera y sistematizarla. Ese es el trabajo que hace la Iglesia, el análisis de la Escritura.
yyyy, no no, al revés, yo creo, sí las separo, de hecho una es real y la otra no. Pero ni siquiera en el dcho es un valor moral sino el nombre del momento del juicio (creo que me falta elocuencia). En cuanto a lo obrar bien y vivir honestamente, es tan subjetivo que no me convence y en cuanto a la iglesia, bueno, supongo que en el reparto de fe vaticana, llegué tarde a la fiesta. No estoy en absoluto de acuerdo en la pretendida facilidad de evangélico frente a la dificultad? de la sistematización católica. Muy muy en desacuerdo.
Yo ya me he desligado completamente del tema religioso. Estoy mucho más por el filete empanado, que por cierto, me sale para chuparse los dedos.
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