martes, 3 de mayo de 2011

¿Qué tiene que ver La Pedriza con las torrijas? Nada

El primer paso, preparar las torrijas remojándolas en leche y freirlas.
Sin más misterio ni más historias.
Alguien me dijo alguna vez que la palabra lenteja y la palabra inglesa "lent" que significa cuaresma, tenían el mismo origen y yo, que soy una ingenua me lo creí. No es verdad, lenteja viene del latín lens, que significa lente y "lent" en inglés viene de un vocablo sajón que se refería al inicio de la estación primaveral.
A mí me encantan las lentejas, junto con la pasta y el arroz es una de esas cosas que comería a diario sin cansarme. Me pasa también con los canutillos de crema, la morcilla de Villarcayo, las ensaimadas, el foie de oca, la langosta Thermidor, los croissants de mantequilla, el helado de Palazzo, los bocadillos de lomo ibérico, los donuts, los doritos, el queso de burgos, ehm, pero me estoy dispersando. Decía que a mí las lentejas me encantan y son muy apropiadas para la Semana Santa por aquello del ayuno y la abstinencia, pero lo que me gusta a mí comer en Semana Santa, son torrijas. Las mejores torrijas de España y del Extranjero, incluyendo Portugal, son las de mi madre; eso mismo le pasa a mucha gente con la tortilla de patata, la fabada, o la lasaña. Mi madre hace una lasaña pobretona, no hace fabada en absoluto, y la tortilla de patata, haciéndola rica, que la hace muy rica, por cierto, pero tan buena como muchas tortillas de patata buenas que hay en España, no hay tortillas de patata buenas fuerta de España. Ya hablaremos de eso otro día.
Sin embargo las torrijas de mamá son, cómo explicarlo, excepcionales, son las mejores torrijas que han existido y seguramente cuando mamá se muera, se habrán ido con ella las mejores torrijas que hubo jamás. 

persona bloguera de espaldas preparándose para la ascención.
Pero antes de ponerse a cocinar hay que ir a gastar calorías, que si no el cuerpo no está preparado para procesar la materia grasa, ni ninguna otra materia.
Imitándome a mí misma hace unas semanas, me fui con Pati a la Pedriza a dar un paseito sano y refrescante para limpiar la mente, el espíritu y los pulmones y prepararnos para el premio de después.

Hemos empezado por irnos a La Pedriza a darnos un paseo y ver si somos capaces de inspirarnos. No es plural mayestático, estoy hablando de mi misma y de Pati.

Hubo tormenta la noche anterior y estaba todo muy mojado y el río Manzanares venía cargado, no por la tormenta sino por el calor, seguramente.

No sin mi flequillo

El paseo no tiene nada de complicado ni hay que escalar ni nada,
pero aprovechamos para tirarnos un poco por el suelo y trepar por
las rocas. Así justificamos los Kms del viaje.

Después de estar un rato de paseo saltando de piedra en piedra, y después de mirar al cielo, notar alguna gota que otra y oir un trueno perdido, decidimos volver a casa y poner manos a la obra.
Nubarrones y truenos
Y yo no pienso irme al otro barrio sin haber al menos intentado igualar a mi hacedora en terreno torrijil. Todo empezó porque Titina llamó un día pidiendo la receta de las torrijas. Y se me encendió la bombilla.
No me basta sin embargo hacer las mismas torrijas que mamá. Hacer las torrijas de mamá está bien, que nadie me malinterprete, pero ya las hace ella. Yo tengo que conseguir hacer algo igual de bueno, de memorable, de sublime pero distinto, o sea, lo mismo pero diferente.
Torrijas
Pan de torrijas / pan de leche
Leche con azúcar, canela y piel de naranja (mamá usa limón)
Huevo batido para rebozar y freir
Aceita para freir
Ponemos a calentar la leche con los aromas y dejamos reposar tapado al menos 1 hora. Después remojamos el pan con la leche y dejamos empapar bien, al menos 2 horas asegurando que tengan bien de líquido. Rebozamos en huevo batido y freimos. Según se sacan de la sarten se dejan sobre una cama de azúcar y canela para que vayan cogiendo sustancia.
Y después de espolvorear las torrijas con azúcar y canela las colocamos sobre la natilla bien ligera.
Adornamos con algo relacionado con la receta, naranja y tomillo.
Natilla ligera al tomillo:
4 yemas de huevo
Leche con un chorro de crema adicional
Azúcar
Canela y tomillo para aromatizar
Ponemos a calentar la leche con el azúcar y los aromas; también podemos poner una piel de naranja en las natillas para completar el efecto y levitar al tomar el postre. Tapamos y dejamos reposar una hora. Incorporamos las yemas una vez está la leche templada y devolvemos al fuego sin dejar de mover a fuego suave hasta que esté hecha la natilla. Montamos el plato.
Insisto lo único que tienen en común las torrijas y La pedriza es que todo pasó el mismo día. Bueno y el tomillo.

3 comentarios:

L dijo...

oh! si, muy famosas. ya sabes las Moronatti, entre el samoa, el tocino de cielo, el arroz con leche y las torrijas ... pues eso que a ver si te aplicas e igualas. Más que nada, para que vaya pasando de generación en generación estas recetas ...
a lo que iba. palazzo, huummm qué rico, stracciatella con limón... qué mono!!!
a Pati, pls, que se corte el flequillo que con los ojos tan bonitos que tiene no se les ve!!!!
ya que os veo tan deportistas, podíais venir al monte Abantos a subirlo un poquillo. o de visita al Monasterio ... o simplemente a verme

Luc dijo...

A ver, por partes,
Samoa, se dice Chamoix, bonita, que no te hemos mandado a colegio de pago para acabar así....
y la próxima vez, pasamos por el Esco sin dudarlo y así hacemos eso de Abantos que suena muy bien!

Titina dijo...

Pues muy bien las torrijas, seguro que de muerte. Yo no les puse natillas, pero tampoco fuimos a ningún sitio a andar y quemar calorías...

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