sábado, 5 de diciembre de 2009

Macarons, chocolate y fraudes

Mis maestros bloggeros me dan mucha envidia y yo solo pretendo aprender de las grandes lecciones que me dan a diario. Por supuesto sigo y leo varios cientos de blogs dedicados a cualquier cosa relacionada con la cocina, la pastelería, la comida y similar y es espectacular el nivel de los textos y las fotos, pero sobre todo de compromiso con la causa y amor por la cocina.
Esta semana, siguiendo el ejemplo de esta gente me he puesto a mi misma la obligación de hacer un poco de trabajo de campo. Como estoy en época de Macaron se me ocurrío irme a un par de tiendas de Madrid y empezar una cata/crítica del producto de temporada.
No hace mucho estuve de visita por motivos espurios en una chocolatería de Madrid que fabrica suspropios bombones, pero que además vende unos macarones de aspecto amoroso traidos de francia. Y allá que fui. No muy lejos está "Santa" que tengo entendido es uno de los clásicos del chocolate. Con 15 euros en cada mano me decidí a hacer toda una inversión y entregarme a la dura faena de catar bombones y macarrones.
Entro en Santa y me informo sobre el origen de los bombones. Fabricación propia y los macarrones traídos de Francia. ¿sabe Ud. el fabricante? pero no lo sabe. La dependienta que me atiende tiene el mismo aire de superioridad que todas las dependientas del barrio de Salamanca. Una vez roto el hielo y dejando bien claro quién paga la factura, a la dependienta se le bajan los humos y empieza a tratarme con a un ser humano y no como a una liendre. La variedad de chocolate es mínima, yo diría nimia, primera desilusión. Lo malo de Madrid y sus pastelerías es la poquísima tradición repostera de la capital, por eso cualquier pelagatos se hace un hueco. De todas formas es injusto que nombres como el de Santa siquiera existan, y menos en locales tan céntricos y con fama tan mal ganada. Que marcas como esta tengan que batirse el cobre con absolutos genios como La Santiaguesa clama al cielo.
He comprado 4 macarons, sabores de frambuesa, naranja, violeta y chocolate. Además me llevo un par de trufas, un mazapán de pistacho y alguna cosita más.
La segunda desilusión llega cuando al entrar en "Dulce Tentación" veo que se repiten los bombones de "Santa". Pregunto sin miramientos quien fabrica qué porque reconozco los chocolates de la otra marca en esta tienda y me había parecido oír que eran fabricantes y artesanos. La dependienta, muy ufana, me recuerda que ellos son fabricantes de chocolate. Además de los de Santa veo un millón de otros bombones que no estaban en Santa, vamos mejorando. Miro hacia abajo, en una mesa camilla justo bajo mis ojos y veo con estupor que en este establecimiento también tienen los mismos macarones traidos de Francia que en Santa. Que existe una conexión es indudable, incuestionble, pero con el retintin que me ha soltado la dependienta al principio, no me atrevo a pedir más explicaciones, no vaya a ser que me pegue. A pesar de ello, esta señora es bastante más amable que la primera. Y después de otros 15 euros me voy a mi casa con el espíritu a media asta y el billetero vacío.
Voy en el coche camino de casa y no me puedo resistir a echarle el guante a alguno de los macarons que se que me están esperando en la bolsita. Sin apartar la mirada de la carretera empiezo a tantear en la bosa y con todo el arte que soy capaz de reunir en el momento consigo sacar la caja, a la que he despojado ya de su envoltura de papel y me la coloco en el regazo. La abro, miro y selecciono. Sin duda, el de naranja primero.

NO LO PUEDO CREER!! NO SON MACARONS. SON JODIDOS BOMBONES DISFRAZADOS DE COLORES. Maldita sea mi estampa. BUAJ! BUAJ! QUÉ ASCO! Vaya trampa, vaya engaño, vaya MENTIRA! FRAUDE.
Y yo pensando que iba a tener el momento de gloria del siglo. Incauta. Pues pienso volver a la porquería de tienda esa (Santa) y montar un pollo del carajo. Me va a oír la señora esa. Eso se avisa.
En lo referente al chocolate, la diferencia en estilos es palapable y visible. Dulce Tentación hace un chocolate normal pero con muy buena voluntad en la variedad, los sabores y la presentación. Santa es una estafa de tienda; el chocolate es mediocre, ninguna diferencia con cualquier chocolate que se pueda encontrar en un supermercado, cero variedad, ningún interés.
Por supuesto, el mercado del cacao tiene su aquel y es algo así como imposible encontrar calidades excepcionales.
En la industria del cacao, la materia prima está en manos de carteles, como la coca en Colombia e igualmente violento y peligroso. Un grupo selecto de mayoristas copa y domina el mercado de la pasta base de cacao desde las plantaciones, especialmente en Venezuela y algunas zonas de Africa hasta su comercialización a las grandes multinacionales pasando por todo el proceso de mezcla, tueste y conversión en pasta básica.
De tal modo, la pasta base utilizada en la fabricación de chocolate, independientemente de que sea Lindt, Suchard, Lady Godiva, Cadburys, Hersheys, Valrhona, es prácticamente la misma y en cualquier caso siempre fuera del control del fabricante final. Al comercializador le dan la mezcla de cacao ya hecha y la única posibilidad de este para diferenciar su producto es añadir más o menos nata y/o azúcar y otras "decoraciones" de última hora, ya sean aromas de vainilla u otras frutas o grasas vegetales y derivados de la soja para abaratar el producto o modificar el sabor. Sólo marcas extremadamente elitistas, desconocidas y carísimas son capaces de intervenir en el proceso de selección de cacao y producir así realmente un producto diferenciado y excepcional. Este es el caso de gente como Amedei, un fabricante de la Toscana en Italia que ha empezado por comprarse la tierra donde se planta el cacao y así poder controlar su producto de principio a fín. Lo malo de esta obsesión por la calidad es que un par de barritas de chocolate de esta selectísima marca puede costa más de 50 euros. Eso sí, la próxima vez que pagues el precio de un Valrhona o de un Neuhaus, que sepas que con una tableta de Milka estarías comiendo lo mismo, sólo más barato.

De vuelta a mis macarons, toda una desilusión. A ver si yo hago algo para solucionarlo este finde.

5 comentarios:

Yusuf al Mocadén ben Mizzian el Arrumi al Chivani dijo...

Pues espero que los motivos espúrios no sean habituales. A la "harlot street" tiene que salir otro. No tú. Y menos si llueve.

L dijo...

bien, no entiendo nada de lo que decís, que si Geodiva, que si Suchard, que si su p.m....insisto no soy laminera y a mí los macarons esos no me dicen absolutamente nada! Pinton, desde luego, lo de las fotos.
El barbas se está zanpando, por el contrario, una galleta de Milka que han sacado nuevas, son como los huesitos pero redondas y estas en concreto (que son las que más me gustan) están cubiertas de chocolate blanco. Le estoy oyendo irse por lo que deduzco que se la ha zampado entera (3 mordiscos, os lo aseguro) y se va a coger otra, más le vale que quede. Bueno, a lo que iba, que ya me estoy yendo por esos cerros, me llaman más la atención los bollitos. POdríamos ir, la próxima vez a ver los donuts de Dunkin' Donuts. Qué os parece?

Yo dijo...

No me parece mala idea, comparación de los donuts de panrico y los de dunkin. Pero ya no me compro más bollos que me estoy poniendo como una ballena, yo hago las fotos y que otro se coma las pruebas.

Yo dijo...

Por cierto LN, a ver si te compras una cámara de fotos nueva y me vendes la tuya, necesito un upgrade.

Titina dijo...

Me encantan las fotos. Los macarones estos, ni sabía que existían. Yo sigo feliz con mis Ferreros.

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